sábado, 31 de octubre de 2009

El ascenso

Estoy sentada en posición de loto, tranquila, en paz, gozosa, con los ojos cerrados, y con una leve sonrisa en mis labios.

Estoy sentada sobre un campo de rosas rojas. Puedo sentir los rayos del sol que me acarician. Todo es silencio, todo es armonía, todo es perfume.

Estoy sentada con las palmas de mis manos hacia arriba, entregada y en unión con el cielo.

Estoy sentada en el lugar perfecto, sobre las rosas más bellas.

Comienzo a sentir una brisa fresca que me envuelve, que me rodea y mientras me atraviesa un rallo de luz todas las rosas del campo comienzan a ascender.

Estoy sentada y percibo el despertar de las rosas mientras todas juntas y en armonía comienzan a ascender hacia el cielo.

Mi campo está cubierto de rosas que ascienden, mientras yo me dejo envolver por su perfume y el destello de brisa que van dejando.

Abro mis ojos y veo el cielo teñido de un color celeste anaranjado, y yo me siento liviana, como una rosa a punto de ascender junto a ellas.

Abro mis ojos y todo es bello, todo es perfecto, todo es luz, todo es benevolencia.

Acabo de recibir el regalo más sabroso de mi existencia.

Eternas e infinitas gracias.

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