martes, 23 de febrero de 2010

Paraiso en mi terraza

Hoy mientras regaba las albacas, escuche unas risitas juguetonas...se quedaron en bikini las albacas! mientras se deslizaban entre las gotitas del arco iris...
Los quinotos les gritaban alguna que otra guarangada...y uno dió un salto y se sumó a la ensalada capresse.
Los tomates recibían el agua con modestia y humildad. Son un poco más maduros que los quinotos...Disfrutaban y hacían algún que otro comentario...pero sin mucho bullicio.
Y bueno...los jazmines de leche ahí están...un poco engreidos...Recibían el agua mirando de perfil...no me miraban...y se escucha que murmuraban: "Ay, ay, ay...que frescura...jajaj...ay....aguita aguita..." Pero en el fondo su verde logra que una los quiera y espere con paciencia su perfume y sus flores.
Los pimientos ahí, chiquitines, simpáticos por su tamaño pero cada vez más rojos y picantes. Confío en el poder interno de ellos...no hace falta ser gigante para ser fuerte...se puede ser pequeño como un ají pero tener un sabor mas intenso y picante que un gran árbol.
Y las cañas recibiendo la lluvia tropical con libertad y amistad. Se movían de un lado al otro, como si un gran viento las sacudiera...y me regalaban su perfume de salud veraniega.
Y las marías...intensas, maduras, verdes...siguiendo la danza de las cañas, un poco más sueltas, danzando hasta quedar mareadas y risueñas. Un plato verlas...ellas también me regalaron su perfume. Una extendió sus manos hasta mi nariz y me dijo: "Sentí". Inspire....cerré mis ojos y fui verde por un instante.

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