jueves, 17 de diciembre de 2009

Ella y el mar

Ella mira por su ventana y contempla el mar.
Ella sabe que esto es un juego y se entrega
sin miedos, pero le tiemblan las manos.

Ella mira por su ventana y ve las plantas
que plantó junto a su madre.
Están florecidas, destellando vida y color.
Ella disfruta, pero tiene frío.

Ella mira por su ventana.
Afuera suceden muchas cosas, ella sabe que no puede salir,
pero tambien sabe que a veces es mejor estar adentro,
con uno mismo, en silencio.

Ella mira por su ventana y ve los autos pasar.
Por un tiempo ninguno se detendrá en su casa.
Pero sabe que a veces es necesario estar lejos de todos.
Porque cuando se produzca el reencuentro, todo tendrá otro sabor.

Ella mira su vida por la ventana, ell acepta sin hacer preguntas.
La madre la llama para merendar, pero ella no tiene hambre.
Todavía tiene muchas fuerzas adentro.
A veces se enfurece y trata mal hasta las hormigas,
pero luego se sienta a armar su rompecabezas
y todo pasa, ya no hay mas bronca y las hormigas vuelven a ser sus amigas.

Ella mira por la ventana y casi sin saberlo,
comprende su lugar en este juego. No tiene apuro.
Ella es instrumento, es maestra, es guía,
en luz, es inocencia, es sabiduria, es amor.
A todos los que le tocó jugar con ella aprenden algo,
día a día, paso a paso.

Ella mira por la ventana y los ve a todos juntos,
de la mano, unidos por ella, llenos de amor,
pero con mucho miedo. Mirenla a ella.
No existe el miedo en sus ojos, No teman.
Esto es un juego, y pronto terminará.

Ella mira por su ventana, sentadita en el marco,
con su pequeño cuerpito, más blanco que nunca.
Ella mueve sus manos al rimtmo de unos tambores
que suenan y suenan en su cabeza.
Ella sonríe. Se siente amada, cuidada.
Ella siente a Dios en sus sueños y descansa protegida por el divino.

Ella cierra su ventana. Tiene sueño. Es la hora de la siesta.
Es verano y se huele en el aire el aroma a las vacaciones.
Ella esta tranquila. Nada la asusuta, nada la preocupa.
Cuando se despierte, ubicará las piezas que faltan
para completar su rompecabezas y pronto este juego terminará.
Nuevamente podrá abrir las puertas y darse un
salado y saludable baño en el mar.

Ella es Arena, ella es el mar.

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