Ya no hay miedos ni fantasmas, ni pasado, ni futuro, ni dudas, ni estrategias, ni ego, ni condicionamientos, ni gente mala ni gente buena. Ya nada me confunde.
Solo se presenta frente a mis ojos la verdad, unica, en todo su esplendor, expandieondose por la tierra como una flor gigante que me envuelve.
Aparece el pensamiento puro, limpio, claro, único y unilateral.
Solo yo, con mis ojos cerrados y mis palmas hacia el divino recibiendo amor.
Solo yo, con mis mis labios entreabiertos, saboreando la calma.
Solo yo, viendo como se revela frente a mis ojos lo simple y bello de la verdad.
martes, 23 de marzo de 2010
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